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rafaelrr


Antonio no entiende de nombres.
Antonio no entiende de localidades.
Antonio no entiende de caminos vacíos.
Antonio no entiende de conflictos.
Antonio no entiende de distancias.
Antonio no quiere entender más que extender la mano para encontrar otra que la estreche.

Antonio es esa mirada perdida en la mirada que le está mirando.

Antonio es más que un cura, más que el sacerdote comunista.


Antonio es el abrazo que te respalda en las incertidumbres, soledades y dudas.


Antonio es todo eso y mucho más que eso: Antonio es amigo.

Con la copa de aguardiente en la mano, es minero.

Con la máquina de escribir antigua, es fotógrafo de realidades.


Antonio es, porque nunca pasará a ser lo que fue...

pues siempre estará presente.

Lo sabías desde el momento en el que entró en tu casa, de la que nunca logrará marcharse.

A CORAL

A CORAL

 

Hola, Coral:

Hoy, como otros muchos días he abierto el Messenger. Y ahí estaba tu nombre. Pero ya no resulta tan mañanero, alegre y jovial como antes. Ahora permanece emuhecido, triste, callado, silencioso. Es cierto que a primeras horas no daba para mucho más que para un saludo, mientras te ibas acomodando con tu taza de te calentita. Para eso se esperaba a que fueran las dos de la tarde, para mantener una charla más distendida. Entre bromas, confesiones, risas, ningún debate pero si intercambio de pareceres.

Hoy resulta tormentosamente extraño. Ensordezodoramente castigador.

Ayer mismo, pretendía castigarte por haberme echo esto sin tan siquiera comentármelo. Ayer mismo me abatió  la rabia y la furia. Ayer mismo pretendí borrarte del Messenger y no querer saber más nada de ti. Pero solo fue un instante irracional. Porque aunque te borrara de los contactos, no podría olvidarte de mis pensamientos. No podría borrarte de mis recuerdos. No querría que tu marcha fuera definitiva, ni tu misma me lo consentirías.

Un sueño en este tiempo quiso como establecerse en mí como tu despedida: sentados en un banco de la plaza. Sin palabras, con silencios y miradas cómplices. Tu sonrisa, dibujada en los labios…

En momentos como estos, son precisamente cuando se te plasman imágenes en un mosaico compuesto por los instantes, los momentos, el tiempo que hemos compartido y te lamentas en que estos nunca hayan sido los suficientes y que te sepan a poco o no hayas logrado disfrutarlo con una mayor intensidad. Pero, claro, tu coherencia que compartiría nos llevaría a ver que fueron como fueron… “y no fueron de otra forma”.

Ahora solo te diría una cosa: era obvio y evidente, que desde la primera mirada intercambiada entre las páginas de un libro estábamos destinados a entendernos. A que fluyera de una forma u otra ese “filling” que fluía entre nosotros cada vez que estábamos juntos. La distancia y el tiempo, se puso en medio para volvernos a unir y ya nunca más separarnos y mostrarnos de una forma diferente. Única.

Como cada suceso importante en mi vida, las palabras toman forma por sí solas en el intento de un reflejo. Pero ahora quería huir de encontrar su cohesión mas apropiada, elegante o legible. Porque aunque resultara literalmente más apropiado, se zabulliría en lo artificial. Y escapo del verso, pues no te haría demasiada justicia. Bueno eso por no decir que no te gustaría…jejje…. Así que digamos estas palabras sólo van para decirte que no te echare de menos. Porque siempre estarás conmigo. Aunque el Messenger, es cierto que quedará más vacío. Para terminar: sólo me queda recobrar los abrazos y besos que nos dimos, pero con la intensidad tal que tu pequeño cuerpecito te lo partiera en trocitos chiquitos. Muy chiquitos, tanto o más como los fragmentos del muro de Berlín que sirvieron de subvenir de un símbolo. De una idea. De un sentimiento. De un tiempo.

POR JAVI: GRACIAS, CARI.

POR JAVI: GRACIAS, CARI.

Bueno, mamá aquello no fue nada comparado con esto.

No van a volver aquellos días en que tus ojos se perdían en un pesimismo esperanzado, no como ahora, que brillan con un optimismo sin cimientos, con un fondo de lágrimas...
 
No van a volver aquellos días en que te hacía levantar baldes de cinco litros de agua, sólo para tirarlos por el desagüe de aquella pila maciza de piedra, en la que yo me sumerjía en mi mundo mientras hacías tus quehaceres de buena madre, observándome con dulzura.
 
Cuanto enrojecía el llanto de tus vecinos mientras se les marchitaban las flores en los tiestos y leían cartas manchadas de barro y sangre.
 
No volverán aquellos días en que comíamos dátiles y pasas en el balcón, viendo desfilar al muerto de cada año, con su cortejo de viejos descubiertos y viudas tras los velos, con sus flores moradas, como Dios manda, y no esos carros de carne deshojada, repletos de miembros anhelantes de descanso y llanto eterno, mamá.
 
¿Es que no encuentran la paz en los ojos abiertos de los quemados o en los huesos blancos de los que sirvieron de alimento a las hormigas? ¿No iba a estar la paz escondidaen algún lugar de la tierra?
 
Tan bien como yo, mamá, sabes que no volverán aquellos días en que mi amigo y yo íbamos cogidos de la cintura y hablábamos de crear un arte nuevo.
 
¡Qué felices éramos cuando bebíamos en los días más fríos del invierno aquel líquido que preparabas con suave tibieza y tan bien nos hacía! Y nos acordábamos temblorosos de los ojos de nuestras damas de niño.
 
No van a volver, ¿verdad, mamá? Y sin embargo su recuerdo no sería tan terrible si tuviéramos esperanza de volver a vivirlos.
Porque los recuerdos de aquellos días a lo mejor se repetían...
Sí, Dios sabe que eran verdaderos recuerdos.
Hace mucho que no sonreímos, mamá...
 
Y todo desde que ese hombre con sonrisa de anuncio y peinado de actor nos regaló a cada uno una lente mágica de miedo para buscar la paz.

 

GRACIAS A JAVI. -el autor de éste texto, conciliador de la reflexión-

 

 

 

VIEJO PAYASO DE CIRCO

VIEJO PAYASO DE CIRCO

Soy un imbécil. Payaso ambulante. De los de pista central en el circo. Con toda la cara pintada de blanco. Con lágrimas pintadas en las mejillas y el rostro boca bajo. Enorme tristeza. Aguantando los insultos y el agua que carga la flor de la solapa de un enorme traje cargado de parches y chillones colores. Grandes zapatones, que parecen barcos.

         Aquel al que hasta subir a la silla, las piernas les tambalea. Y todo el día llorando. Con enormes miedos. A la pelota grande, a la chiquita. A la de muchos colores y a las lisas. A la enorme carpa que le cierne sobre el bombín del que se le desprende una margarita marchita. Al gato que aparece por las esquinas y que su ronronear más le parece el rugido del león o la pantera ocultos tras las rejas.

         Soy un payaso de circo. De enormes guantes, de los que todo se les cae de la mano. De los de pelota roja por nariz. Del llanto que no cesa por los temores. Miedos absurdos, ridículos y extraños. Aquel que se hace viejo, entre lamentaciones. El que se mira en el espejo del antiguo carruaje. Ya destartalado… y frente al espejo se quita el maquillaje. Y sigue lloviendo. Porque hace mal tiempo. Como siempre. Porque siempre lo ha hecho. Que no puede quitarse el blanco, ni el rojo de la nariz de pelota, ni el ceño fruncido, ni los labios caídos…

Bajo el maquillaje, no aparece piel nueva. Que es otro rostro de payaso viejo. De payaso cansado. De payaso aburrido y denostado… el que se refleja en el espejo.

Con  la vieja música de “candilejas” emanando de un megáfono anclado en el tiempo, en el chisporroteo de un disco de vinilo.

GUERREROS DEL UNIVERSO

GUERREROS DEL UNIVERSO

  •  
    • En la vida hay cosas. Cosas que buscas. Cosas que encuentras. Cosas que se pierden por el camino. Cosas que valoras y te arrebatan.
    •         Despertar cada mañana deseando encontrar la ilusión perdida… aquella que te impide despertar del sueño. Del sueño que desvela. De ese mismo por el que desearías luchando en la vida. De ese que es el desear tener alguien a tu lado, para compartir lo que encuentres y compartir la búsqueda de las cosas perdidas…
    •         Dicen que en ese camino hubo gente que los regó de semillas, lanzadas a su paso, para encontrar el regreso. Quizás de garbanzos, quizás de habichuelas mágicas… quizás de sueños. Anhelos, tal vez. De migajas de pan, que se comían los pájaros.
    •         Masters del Universo, en constante lucha, entre las estrellas más bellas. Lunares chispeantes, relucientes. Nebulosas, agujeros negros. Esas vías que se comunican entre ellas, negando el espacio. Anulando el tiempo.
    •         Cuerpos fornidos, con corazas y espadas…
    •         Constantes luchas guerreras, en defensa de los valores más bellos hallados en ese tortuoso camino. Entregarse en cuerpo y alma. Para defender el valor de los sentimientos conquistados.
    •         Si tomas una noche… y dedicas tiempo. Cárgate de esperanzas, de sueños. Abre tu corazón. Suspira muy profundo y atrévete, sin miedo, a llenarte. A llenarte por entero, de verdaderas joyas. Joyas eternas. Joyas resplandecientes. Y prepárate, así: tal cual te digo. Porque de otra forma no podrás verlo. De otra forma no podrás sentirlo…
    •         Cuando estés seguro de así haberlo conseguido…
    •         Mira al cielo.
    •         Y no te preocupes si tu vista es vaga o está cansada. Si necesitas gafas o lentillas. O si estás ciego… porque también podrás verlo…
    •         ¿Ves? ¿Allá en el cielo?
    •         Junto a las dos estrellas más grandes. Las que más relucen. Aquellas que parecen estar guiñándote el ojo. Junto a ellas están los guerreros. Alzando las espadas. Portando escudos. Escudos bañados de oro, con rubíes, con esmeraldas…
    •         ¿Y sabes por qué?
    •         ¿Lo imaginas?
    •         Si te has preparado como te he dicho…
    •         No harán faltas palabras. No harán falta susurros…
    •         Verás mi niño…
    •         Que lo han encontrado.
    •         Y lo que están defendiendo no más que tu amor y el mío.

Mirada de ojos que observan,

Sumergidos  en la profundidad

Del precipicio.

 

Más allá de donde

Círculos concéntricos

Y manecillas de esfera

Confabulan.

 

Polvo, destino, tiempo…

Cruce de caminos.

Ocres, rojizos, cenizas…

Reverberan en el recuerdo.

 

Laberínticas galerías,

Amordazan susurros de silencio.

Silbo de pico y pala,

Tintineo de cadenas,

Cuerdas de soga al vacío.

Cuerpos castigados

Por el sudor de la sangre

Empapada en monos de azul oscuro.

 

Después de treinta y ocho años,

Yo, aquí me veo.

Viendo como mis ojos se pierden

En la profundidad del tiempo.

BAR LA POSÁ



UNA BOTELLA DE AGUA CON GAS

 

La noche comenzaba a ocultarse de un lado, mientras el sol comenzaba a brillar a la otra orilla. Descanso bajo las sábanas y reposo sobre la almohada y consciencia del nuevo despertar. Agitación de inquietudes, caminos de alterne y curvas en vertiginoso ascenso. El inicio del uno, el otro que se postraba.

En el silencio las sombras se dibujaban sobre su propia silueta. Sueños perfilados. Bocetos y manchas carentes de formas predeterminadas. Capricho del antojo del propio destino. Quietud y alboroto. Sol emergiendo de la luna que sumergía su figura en el soterrado horizonte ya caduco. Ojos encriptadas en miradas difusas. Luces sombreadas por pinceladas nuevas mezcladas con las antiguas.

Pasos firmes de proclamado descanso. Un sendero regado de pisadas sobre un lienzo salpicado por la incertidumbre y el ritmo acelerado de palpitaciones dilatadas en la sien del pensante.

Espalda erguida yuxta viga de cimientos y banco de hormigón armado. Ojos perdidos en la oscuridad de las gafas de cristal ahumado. Remanso de reflexiones tamizadas por las redes de lo ya experimentado, vivido y padecido. Mensajes de graffiti sobre los muros, de otras vidas que buscan la suya. Muestra a Sinatra, sin voz. A Amdstrong, sin trompeta. El sonido del ladrido de los perros, liberados de sus cadenas en el vespertino matinal, facilita escapar de los dibujos de las nubes para posar los pies sobre la tierra.

Las sábanas pronto esperanzan, y la almohada se mueve sobre su cabeza que busca el refresco de una ducha. Un dormitorio, con un conejo de trapo y bote de cristal conservando la esencia del perfume a frambuesa.

Un refresco caliente de cola y unos hielos que se derriten en un vaso, mientras los rayos del astro acaricia la sombrilla. Se le despierta una sonrisa, nada más verle. Después de intuirle. Franja de anchas bandas blancas, extendidas para alfombrar su paso detenido. Los brazos se le cruzan a la altura del torso que viste una camisa oscura. Color: marrón, uno de sus preferidos. Quieto, observa como una mirada le observa y piensa que la sonrisa es objeto de mufla.  Sin saber que es por su llegada y por cómo se para. Por como se cruza de brazos y queda parado.

Los pasos se le aproxima y los otros, pronto, llega para recibirlo. Son dos. Dos cuerpos, que se funden en abrazo y en beso.

Ahora está iniciado el camino. Ahora depende del trecho, depende de lo dicho. Si se dice algo cuando se calla y si se sabe escuchar los silencios. Si basta con una mirada o el conejo de la suerte te da una patada. Ya dos vidas están cruzadas. Ahora falta por saber si merecen estar unidas, que no atadas. Si  la libertad de una pasa por liberar a la otra o que ambas ligaduras escriben la misma palabra con mayúsculas. Queda ahora abierto un nuevo sendero; el de responder preguntas que no se formulan y ofrecer explicaciones, sin demandarlas. El de la confianza plena el la palabra ajena, hasta cuando se calla. El de ahogar falsas esperanzas y promesas rotas en un vaso de limonada y ver, cuando queda vacío, que sólo falta con llenarla.

 

 

JOSE CHAMIZO: EL PUEBLO, DEFENDIDO.

JOSE CHAMIZO: EL PUEBLO, DEFENDIDO.

INMERSO EN EL CONOCIMIENTO DE LA TÉCNICA MILENARIA ORIENTAL DEL THAI-CHI, jose chamizo, HA LOGRADO ENCONTRAR EL EQUILIBRIO ENTRE LA CALMA, LA SERENIDAD Y LAS INQUIETUDES DEL PUEBLO QUE LLEGAN A DIARIO A LA MESA DE SU DESPACHO.

DESPUÉS QUE TUVIESE QUE MOSTRAR SU CULO EN UNAS CIRCUNSTANCIAS IRRISORIAS, EN UN CENTRO HOSPITALARIO, SABE, ENTREGA Y DEMUESTRA, CON SU TALANTE SIEMPRE APERTURÍSTA Y SIN NO CIERTAS MUESCAS AL BUEN HUMOR… QUE LA VIDA PERSONAL DE CADA INDIVIDUO NO DEBE SER TOMADA COMO UN SIMPLE FORMULARIO CUMPLIMENTADO CUAL SIMPLE INSTANCIA DE UN ESTAMENTO. SABE Y DEFIENDE QUE CADA PROBLEMA AL QUE SE AFRONTA ES EL MAS IMPORTANTE PARA EL QUE SE LO TRANSMITE. Y DESDE EL MÁXIMO CONVENCIMIENTO DE ELLO, SE INVOLUCRA EN SU DEFENSA PRECISAMENTE DE LA FORMA DE LA QUE CARECEN LOS DESPACHOS PARA AFRONTARLOS.

NO ES DEFENSOR DEL PUEBLO. LE SOBRA EL “DEFENSOR”, PORQUE ES EL PUEBLO MISMO. SIN TITULO, SIN REFERENCIAS, SIN REVERENCIAS. CON CONVENCIMIENTO IDEALISTAS, CON ENTREGA, CON AFABILIDAD Y CON TOQUES DE UN HUMOR, QUE RARA VEZ SUELE ABANDONAR. SALVO CUANDO TIENE QUE AFRONTAR RESPUESTAS A LAS ACTITUDES POCO REFLEXIVAS E INCONGRUENCIAS DE LOS ESTAMENTOS GUBERNAMENTALES, MAS ASENTADOS EN CONVENCIMIENTOS REGULARES DE LA DIPLOMACIA QUE DESDE LA VISUALIZACION REAL DE LA VIDA COTIDIANA, CON SUS SINSABORES Y PROBLEMAS QUE NOS ACOSAN.

ANTE LAS INCOHERENCIAS Y DISCORDANCIAS EN TEMAS COMO LA EMIGRACIÓN. DE CÓMO UNA MADRE COGE A SU BEBÉ Y LO ENCUSTRA EN SU PECHO, PARA SUBIRSE CON ÉL A UNA PATERA; PARA AFRONTAR LOS DESIGNIOS DE LA AVENTURA DE INTENTAR LLEGAR A UN PAÍS QUE, PROBABLEMENTE, LES REPORTARA SI LOGRAN CRUZAR, DESHIDRATADOS, A LA OTRA ORILLA: jose chamizo, PROCURA HABLAR MENOS Y RESPONDER INVOLUCRÁNDOSE INCANSABLEMENTE.

DE NADA LE HUBIESE SERVIDO EL PROCESO DE MADUREZ QUE APORTA LA EXPERIENCIA, SI, ADEMÁS, NO LLEVASE IMPLICITO EN ÉL SU ENTREGA, DEDICACIÓN, HUMOR, RESPONSABILIDAD Y CERCANIA A LAS VERDADERAS INQUIETUDES COTIDIANAS DEL PUEBLO. POR ESO jose chamizo NO ES DEFENSOR. POR ESO jose chamizo NO HUELE A DESPACHO  Y SI A HUMO, A POLVO, A SUDOR, A SACRIFICIO DEL PROPIO PUEBLO. PORQUE jose chamizo ES EL PROPIO PUEBLO.

 

 

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